Conscientes de lo anterior, hemos constatado, que algunos modos de plantear la educación de los niños, tanto desde el punto de vista familiar como institucional (guarderías, centros educativos) no son coherentes con la naturaleza del niño.
Entre otras cosas:
- El ritmo frenético que llevan los niños.
- El número de horas, que pasan los niños fuera del hogar, desde una edad muy temprana.
- Los educadores actuales no “acompañan al niño”, sino que se sustituyen a él en el proceso de aprendizaje. El niño no es el protagonista de su educación.
- No se fomenta la creatividad, ni el asombro, lo cual anula la capacidad de aprendizaje y de motivación del niño.
- La falta de atención por sus necesidades básicas (Ej. El sueño).
- La falta de atención por sus necesidades espirituales.
- La obsesión por tener un niño “listo”, que se materializa, en una sobre estimulación del niño.
- La falta de punto de referencia / anclaje para el niño.
- Los niños están solos, nadie quiere estar con ellos (canguros, extraescolar, colonias, chica, televisión, etc.). Subcontratamos el cuidado de los niños, sobre todo de los niños pequeños. No vemos la trascendencia ni la importancia que tiene.
- Las situaciones y los entornos en los cuáles se encuentran, no son aptos para niños pequeños, porque se malinterpretan los conceptos de sobre protección y de exigencias (Ej. Películas, entornos, conversaciones inadecuadas, etc.).
Pensamos que existe una relación directa, entre ésta situación, y los problemas actuales que se manifiestan en los niños hoy en día.
